Oxford

Conocida como "la ciudad de las agujas de ensueño", Oxford es una de las ciudades favoritas tanto para turistas como para los propios británicos. Personalmente prefiero Cambridge, pero es cierto que Oxford tiene un encanto del que pocos sitios se pueden vanagloriar.


Cómo llegar

Oxford se encuentra a unas 50 millas (80km) de Londres, así que puede decirse que está relativamente cerca, ya que en coche suele ser un recorrido de hora y media o menos. Mis amigos y yo obviamente nos fuimos en transporte público, específicamente en autobús desde la estación de Victoria.

La compañía de autobuses que opera entre Londres y Oxford se llama Oxford Tube, y el precio para el billete de ida es de 15, 12 o 11 libras. Esos billetes se pueden comprar en el propio autobús, pero por supuesto sale mucho más barato si reservas con antelación por internet.

Mi billete en concreto costó unas 4 libras con la compañía Megabus (3 libras de ida y 1 libra la vuelta). Magabus suele lanzar billetes de 1 libra, aunque para unos horarios específicos que no siempre son los más convenientes, y conforme se van agotando van subiendo los precios. Además, cobra 0,5 libras por la gestión o fee al pagar online.  Aun así, 4,5 libras (o incluso 6, los de mis otros compañeros), está bastante bien.

Ahora bien, quizá deberíamos haber cogido un taxi para no tener que aguantar a la pareja de amargados que se nos sentaron detrás y que estaban todo el rato "don´t talk!", cuando ni yo podía escuchar lo que mi amigo al otro lado del pasillo decía porque hablábamos en susurros...


Qué ver

Es difícil escoger sólo unos cuantos edificios cuando todos tienen ese toque gótico que tanto me gusta, pero voy a hacer un intento.

• Radcliffe Camera

Es el edificio más característico de Oxford, incluso más que cualquiera de los colleges o facultades, tan importantes en una ciudad universitaria como ésta. Fue construido alrededor de 1740 y actualmente es una sala de estudio que forma parte de la Biblioteca Bodleian.

• Puente de los Suspiros.

Dice la leyenda que se llama así porque separaba a los chicos y chicas que residían en diferentes edificios. En realidad, es bastante similar al de Venecia, aunque con una forma más puntiaguda y no tan antiguo, y su nombre real es Hertford Bridge, ya que une dos edificios del Herford College.

Bridge of Sighs

 

 

• Christ Church College

La Universidad de Oxford tiene 40 colleges independientes, pero el de la Christ Church es el más grande, el más famoso, y el más aristocrático de todos ellos (puede enorgullecerse de haber enseñado a trece futuros Primer Ministro, y a Albert Einstein, entre otros).

 

Me encanta su arquitectura exterior (que podéis observar en la foto de cabecera), pero como se suele decir, es en el interior donde hay que fijarse. En este viaje a Oxford no entramos debido a 1)la falta de tiempo, 2)la extensa cola, 3)no queríamos pagar la entrada de 7libras y en mi caso, 4)ya lo había visto en un viaje anterior.

 

Así que nos dedicamos a hacernos fotos como ésta con el edificio de fondo:

 

Una pena que no saliera yo triple como en las fotos de mis amigos...

 

Aun así, aunque mi visita al interior fuera hace casi cuatro años, aún me acuerdo de muchísimas cosas interesantes, como el hecho de que muchísimas escenas de las películas de Harry Potter se rodaron ahí, utilizando el Dining Hall como el Gran Comedor; las escaleras y los pasillos del college son completamente los de Hogwarts, con los arcos de piedra característicos y los grandes ventanales; o el Tom Tower, la torre del reloj al que da el patio principal (y donde se rodaron escenas del deporte quidditch)

 

Otro personaje importante fue Lewis Carroll, que estudió y enseñó en la Christ Church y donde se puede encontrar figuras de Alicia en el País de las Maravillas en las vidrieras del Gran Comedor.

 

Christ Church continúa siendo la iglesia de la diócesis de Oxford, por lo que en su interior tiene una catedral y claustro propios.

 

Desafortunadamente no tengo las fotos de hace cuatro años a mano por lo que intentaré subirlas en otra ocasión. De momento os dejo con esta de su página web:

Vista del patio principal con un cachito de la catedral
a la izquierda y la Tom Tower a la derecha.

 

 

Qué hacer

 

 

En Oxford también hay varias cosas para hacer que ver sitios, aunque sea subir a otros sitios para disfrutar de vistas increíbles de la ciudad, como por ejemplo:

 

 

1. Subir a lo alto de la torre de la iglesia de St Mary le Virgin.

 

La entrada es de 4 libras este 2015 (una libra menos si eres estudiante de Oxford), y era algo que no hice la última vez así que aproveché para subir con mi amigo, a pesar del hecho de que ni había nevado ni hacía sol para sacar una foto decente.

 

Las escaleras son super estrechas y sólo tiene una entrada y salida, por lo que la instalación de algún semáforo estaría bastante bien para saber cuando subir y no toparte con alguien de frente en mitad de la escalera de la muerte.

 

El balconcito de la torre también es bastante estrecho (bastante injusto para personas con sobrepeso, digo yo), pero las famosas vistas de la ciudad merecen la pena:

 

Radcliffe Camera en el centro, con el All Souls College a la derecha.







Bueno, aquí se ve mejor el College de Todas las Almas...

 

2. Subir el montículo del Castillo de Oxford.

 

Tardamos la vida en encontrarlo porque tampoco lo había visitado antes así que mi sentido de guía-turística no me funcionó. No entramos dentro del castillo pero si que nos dio tiempo de subir el montículo (nos pasamos el letrero de 1libra por la cara) y hacernos un par de fotos hasta que la encargada llegó para cerrarlo porque estaba muy oscuro. Claro, y los fantasmas de antiguos presos de los calabozos del castillo podían venir a asustarnos...

 

 

 

 

 

3. Hacer punting - o como quiera que se llame en español.

 

Punting es la actividad favorita de Oxford y Cambridge tanto estudiantes como visitantes, que consiste básicamente en montarse en una barca y dejar que el remero te haga un recorrido por la ciudad. Lo gracioso es el palo que se utiliza para dar impuso a la barca, y el hecho de que, aunque requiere habilidad y práctica, cualquier visitante puede optar por hacerlo (y caer al río en el intento).

 

Nosotros ni pasamos por la vereda del río porque no lo supimos encontrar, pero dudo que en mitad de febrero haya muchos personajes paseando en barca, la verdad. Yo nunca lo he hecho porque los precios (mínimo 10 libras) nos echaban para atrás, pero quizá la próxima; ya se sabe que a la tercera va la vencida....