El mundo de la Aupair (IX): Missing Home

Ahora que queda poco más de un mes antes de mi vuelta al hogar para vacaciones, estoy más sentimental que nunca, porque no hago nada más que pensar en la familia y los amigos que por fin voy a ver después de un largo tiempo.

Seguro que todas las au pair (bueno, y todos aquellos que marchan al extranjero o a una ciudad desconocida a buscarse la vida sin saber cuando van a volver), sienten esta morriña en algún momento. Ha pasado casi un año y medio desde que llegué a Londres y aún sigo comparando muchas cosas entre estos dos países tan diferentes.

Hace una hora, por ejemplo, estaba cenando a las seis y media y yo pensando: "en España ahora estaría merendando". Y así con un millón de cosas.

Quiero hacer mi lista personal de lo que más he echado en falta, por muy tontas que sean las cosas, y creo que voy a comenzar desde lo pequeñito hasta lo más importante:

• Los kioscos

Parece tonto, y más cuando en Málaga casi estaba harta de que cada diez pasos hubiera un kiosco porque me tentaban con las chuches, pero ahora casi deseo que alguno se trasladara aquí a Londres.

Por que la verdad, que por culo da el tener que buscar un Tesco o un Sainsbury cada vez que quiero comprar un paquete de patatas o una chuchería (si las hay, que parece que todo es chocolatinas).

Y además, por más que busques ni vas a encontrar pipas, ni gusanitos, ni palomitas de maíz, ni gominolas como las de España.  Cómo hecho de menos cuando me compraba un paquete de pipas y nos sentábamos en el banco del parque, y echábamos todo el día con unos meros treinta céntimos...

• El Mercadona

Vale, hay supermercados muy buenos (Waitross, Mark and Spencer), supermercados muy baratos (Lidl, ASDA, Morrisons), supermercados a mano por todos lados (Tesco, Sainsbury), y en las afueras, grandes hipermercados.

Pero es que el Mercadona es todo junto, muy bueno, muy barato, muy grande, y ¡por todos lados! Y tenerlo al lado de casa en Málaga quería decir que me conocía de memoria los pasillos y los productos y las marcas y hasta tenía una lista de precios comparados en mi subconsciente.

Cómo echo de menos los productos marca Hacendado (salvo los yogures), las barras de pan recién horneadas cada diez minutos y poder comprar 3 por 1€, la super pescadería del Mercadona y las almejas en bolsas de medio kilo, las cajeras que van velocidad supersónica...

• Las distancias cortas

No sé si será por el hecho de que yo vivo a las afueras de Londres y todo me pilla muy lejos, o si en el propio centro esto también pasa: 20 minutos andando hasta el supermercado de Sunbury, el gimnasio está en el pueblo de al lado a 15 minutos en coche (y nunca sé donde aparcar), el primark más cercano a 30 minutos en bus, el centro de Londres a 50 minutos en tren (más los 10 minutos andando a la estación). Hasta cuando trabajaba en la cafetería de mi calle, tardaba 20 minutos andando en llegar...

Total, que una hora ida y otra hora vuelta mínimo casi todos los fines de semana no me la quita nadie. Lo malo es que me he acostumbrado a tal manera que se me pasa volando; ni me molesta perder un tren y esperar, total media hora más que menos... Para eso siempre llevo un libro, my ereader, mis cascos y hasta en el peor de los casos mi diario inglés.

Pues eso, cómo echo de menos que en Málaga tenía el paseo marítimo a diez minutos, para pasear, patinar, o biciclear; la parada de bus justo en frente de mi plaza, el Mercadona en la calle paralela, el parque de Huelin y el gimnasio nuevo (del que renegaba) a un cruce de paso de cebra, y el centro de Málaga y cualquier tienda en un radio de media hora andando. ¡Eso era alegría!

• El Vialia

Un poco una extensión del último párrafo, porque el Vialia es un centro comercial/estación de trenes, al lado de la estación de buses y de OTRO centro comercial con Primark incluido, y a sólo 10-15 minutos andando de mi casa. Con lo cual, entre una cosa y otra me pasaba todo los días en él.

Mi amiga Irene siempre se reía cuando me llamaba para preguntar dónde estaba, y yo contestaba irremediablemente: "En el Vialia". Pero es que es verdad, lo tiene todo: tiendas, cine, bolera, los 100 Montaditos, y encima, ¡Media Markt!

(Definitivamente, hecho mucho de menos Media Markt. Hace unos meses tuve que comprar una cámara de fotos nueva y me recorrí el Tesco de Sunbury, el Tesco de Feltham, el Sainsbury de Hampton Hill, el Cash Converter de Balham, las tiendas fotográficas de Teddington, y al final acabé mirando por internet y yendo a recoger la cámara en el PC Curry de Hampton. En Málaga, hubiera sido Media Markt y punto, me quito de complicaciones...)

Los únicos centros comerciales en Londres que conozco son estilo Westfield, con tiendas que ni quiero entrar por ir vestida de "baratillo" y que además me quedan casi a la misma distancia que Sevilla de Málaga.

• Las discotecas

Vale que yo nunca he sido muy discotequera, pero es que llegas a Londres y casi deseas haberlo sido para haber disfrutado más en Málaga de entrar a las discotecas gratis por ser chica, o de pagar sólo unos cinco euros con consumición incluida, de que esta consumición sea con alcohol hasta la mitad del vaso y no de medio centímetro...

Lo único que no hecho de menos es la música, porque en Londres puedes saltar de un local de rock a otro de jazz,  a uno de música alternativa o electrónica en la misma noche, mientras que en Málaga todo era reggaetton.

También eso de que la fiesta se acabe a las 3 de la noche pues nos trastoca un poco a los españoles, la verdad.

• La comida

No voy a decir que en Inglaterra no como bien, por que la verdad es que mi familia cocina estupendamente, he probado muchísimos tipos de cocina que nunca había probado (japonesa, árabe, india y china) y aprendido a comer verduras y frutas hasta llegar a superar las cinco porciones necesarias.

Pero siendo sincera, echo de menos el pescadito bueno fresco recién traído del puerto (y sobre todo a buen precio), porque donde estén los boquerones en vinagre, los calamares fritos, la merluza a la plancha, los palitos de cangrejo, las almejas y mejillones, las gambas y langostinos, el pez espada, las puntillitas, etc etc etc que se me hace la boca agua..., que se quite todo eso del fish and chips.

Ya por poner, añado la porra fresquita que hace mi abuela, los molletes antequeranos con aceite (o cualquier pan, mojado en aceite del bueno), los flamenquines, la paella de langostinos, el lomo adobado, los churros de lazo, el fuet, y si me apuran hasta las lentejas con arroz y los garbanzos...

• El buen tiempo

 

Siempre pensé que yo era más de frío que de calor (me encanta llevar ropa de invierno) y que se disfrutaba más del sol después de un día de lluvia, pero la verdad es que esta miseria de tener el cielo siempre blanco deprime.  Y provoca dolores de cabeza y cansancio y ganas de gritar.

No es que llueva mucho, aunque la lluvia fina que ni te sirve para abrir paraguas pero te mojas, jode. Es esa lluvia que no sirve ni para poner en marcha el parabrisas del coche, pero al cabo de un tiempo exclamas ¡coño que no veo nada! Y el que haga sol y de repente caiga un chaparrón sin venir a cuento (ayer mismo) jode todavía más.

Qué ganas de disfrutar del sol todos los días, aunque sea para no tener que mirar la BBC Weather cada dos minutos...

• Los amigos

El hecho de estar solos en un país desconocido une bastante, pero la verdad es que pueden pasar dos cosas sin término medio: o haces amigos para toda la vida con los que compartes todas tus nuevas experiencias, o acabas conociendo a tanta gente que a veces te salen tantos planes que no sabes cuál elegir y vas dejando de quedar con éste y el otro y al final, descubre que cada uno va a su bola porque también conocen a mucha más gente.

Se hace mucho más difícil hacer un grupo de amigos si da la casualidad de que todos vivís en zonas opuestas y trabajáis en sitios diferentes con horarios diferentes...

Pero me estoy desviando. Lo que quiero decir es que todas esas experiencias son geniales y toda esa gente nueva que conoces puede que también, pero el lazo que tienes con gente que conoces desde pequeña o de casi toda tu vida, siempre será diferente:

- Tu mejor amiga de la infancia, que ha vuelto a entrar en tu vida (y que vive en tu pueblo con lo que ve a tu familia más que tú);

- La amiga que se convirtió en tu mejor amiga por alguna razón ridícula de la que no te acuerdas;

- La amiga más loca que saca la locura que tienes dentro y que no sabías que tenías;

- La amiga de tu facultad que vino a visitarte a Londres cuando se lo pediste y como la que secretamente deserías ser en el futuro;

- La amiga que vino hasta el aeropuerto a despedirse y te dio una sorpresa porque ya creías no verla antes de volver a Londres;

- La que conociste en ese trabajo de pacotilla y es más chula que un ocho;

Todo eso sin incluir a mi grupo de la universidad conquistadores de París, la que se acaba de casar por sorpresa, la que espero que no se case hasta que pueda ir a la boda, y un largo etcétera...

Me ha costado mucho hacer esta caca de mural porque el Visualizador de Fotos de Windows se me quedaba pillado; así que si no os gusta la foto donde salís, o no salís, lo siento mucho, os quiero, pero os aguantáis.

• La familia.

Aunque siempre me he considerado independiente y me he ido acostumbrando a vivir sola durante los últimos años de facultad, no es lo mismo estar en Málaga y saber que puedes ver a tu familia después de dos horas de bus que estar en Londres, que es otro país y con avión de por medio.

Uno no se da cuenta al principio, pero son muchas cosas las que se echan de menos, así que lo más probable es que me deje alguna atrás:

- Ver y hablar con tu madre y hermanas casi todos los días (aunque a veces sólo sea que yo escucho y mi madre habla...)

- Ver a tus abuelos simplemente bajando las escaleras o caminando hasta la calle de al lado, y esa alegría que les da siempre que los visitas, tanto si hace dos horas que los ves como si hace dos semanas

- Bajar del autobús desde Málaga y de camino a casa encontrarse con la mitad de la familia, con lo que un recorrido de 5 minutos se transforma en media hora como poco

- La porra que hace mi abuela Ana o las magdalenas de chocolate que siempre trae;  las albóndigas en salsa que solía hacerme mi tía Nati; bajar a casa tita Isa y que siempre ofrezca de merendar... Básicamente, comer que da gusto.

- Que mi tía Rosi empiece con los cotilleos y yo solo le sigo la corriente porque no conozco a la mayoría de las personas que me dice.

- Los fines de semana cuando mi madre nos arrastraba a la playa y/o el mercadillo de Huelin

- Cualquier tiempo con mis hermanas, desde ver una película tonta solo para hacer comentarios y reírse, hasta las peleas por coger la ropa prestada sin permiso (y lo que se dice ropa también se aplica a abrigos, y zapatos cuando se puede, y bolsos, y bolígrafos, y papeles...), o intentar echarlas de mi habitación en verano porque hace más fresquito con el aire acondicionado.

- Cualquier fiesta que se monte, cumpleaños, aniversarios, comuniones, graduaciones, teatros, España en el Mundial (vale, el de hace 4 años), es excusa para juntarse a comer ( y si invita abuelo mejor). Aunque tengo que reconocer que después de la callada Inglaterra, estas fiestas me hacen daño al oído la mayoría de las veces...

Digo lo mismo, una de las pocos fotos en mi ordenador donde salimos casi todos y en un estado más o menos "decente".

Y creo que dejo aquí la entrada antes de ponerme demasiado sentimental. Un beso enorme para mi familia y amigos, ¡os veo en un mes!


PD: Laura, querida prima, querida amiga de mi corazón, ¡a ti no te puedo echar de menos si te veo más que a nadie en Londres!