miércoles, 21 de mayo de 2014

Animaladas

No sabía bien como titular esta entrada, de hecho puede que más adelante cambie Animaladas por otro título. Advertencia: este artículo trata sobre un sueño que he tenido esta mañana y no es especialmente interesante, así que si clicas atrás lo entenderé.

El caso es que ha sido un sueño de lo más extraño, no una pesadilla, pero sí de estos rocambolescos que no sabes porque te vienen a la mente, así que quería dejar constancia ahora que lo tengo reciente.

Me encontraba yo con los niños en el garaje de la casa (o al menos en una habitación que se parecía a nuestro garaje, lleno de cajas y de estanterías con cosas inservibles, pero más grande), cuando veo a una ardilla pasar. No una del tamaño de las que encuentras en el parque de St James, sino más bien del tamaño de un gato adulto.

En mis sueños, yo sigo siendo yo y comportándome como lo hago mientras no duermo, así que pegué un grito ante el animal, que salió corriendo para la cocina. Pensé que si se escondía en cualquier rincón de la casa la habíamos liado parda, sobre todo porque no iba a poder dormir sabiendo que había un bicharraco rondando (las ardillas pueden parecer pacíficas pero muerden a traición).

Así que me fui a la cocina para abrir la puerta al jardín, y me encontré con una ardilla cría, super pequeñita. La fui a coger para echarla al jardín y me apareció la madre de no sé donde con toda su mala leche. El caso es que no sé como pero conseguí que salieran fuera.

 
 
Y cuando me sentía tranquila, así de la nada apareció un gato negro y empezó a morder a la ardilla en la espalda, con lo que ésta no se podía defender. Nunca he sido muy animal lover, pero tampoco me gustan que sean maltratados, así que salí al jardín y le dije al gato que se fuera.

"¡Negro!" grité. Y ni puta idea de cómo el gato me entendió y se largó.

Las tres ardillitas (no sé cómo se convirtieron en tres) se quedaron en el jardín jugueteando, yo contenta de verlas jugar, y entonces ya no sé si apareció un zorro por ahí, que pensé "a ese no me enfrento", y me desperté.



Las ardillas se toleran, pero los zorros ya... Desde que dejara de practicarse en Inglaterra la famosa "Caza del Zorro", están por todas partes y en aumento, hasta el punto de que a veces son un problema.

No hay duda de que la vida en Inglaterra me ha afectado ya hasta un punto en el que sueño con sus dulces animalitos...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La ardilla asesina! Que le di un trozo de pan y va y me ¡muerde! Y yo solo intentaba hacerme una foto con ella que al final lo consegui xD
ANA

Unknown dijo...

Creí que eso le había pasado a Mónica?? O a ella fue el pelícano de St James a quién mordió?