martes, 13 de agosto de 2013

Greeting cards

Después de más de un mes sin escribir nada en el blog, ¡he vuelto! Aunque me temo que con un tema no tan interesante como los anteriores: tarjetas de felicitación.

En Inglaterra es un negocio tan bueno como el de los gusanitos en España; aquí existen tarjetas hasta para decir "Felicitaciones por saber atarte los cordones solo". Mientras que la mayoría de los españoles no ha mandado una tarjeta de felicitación en su vida (y no creo que vayan a empezar a hacerlo con la crisis), en el Reino Unido cada persona envía de media 55 tarjetas de felicitación:

- Cumpleaños.
- Navidad.
- Boda y Aniversario de boda.
- Ha nacido un bebé.
- Enhorabuena por el nuevo trabajo.
- Día de San Valentín.
- Día de la Madre.
- Día del Padre.
- Graduación.
- Enhorabuena por obtener el carnet del coche.
- Lo siento.
- Para expresar amistad, amor, agradecimiento, etc.
- Etc, etc, etc.

Si no me creéis, mirad las dieciocho felicitaciones de cumpleaños que ha recibido la madre de la familia:



"The best niece... A wonderful daughter... My prefer sister... Friends fur-ever...Just to say you... Happy Birthday... Dear mummy...For the perfect wife..."

Y seguro que aún quedan más por venir, creo que he visto otra más en el montón de correo.

A mí, que siempre me han gustado estas tonterías, no me ha costado mucho subirme al carro. De momento ya he enviado mis buenas seis tarjetas de cumpleaños a mi madre, hermanas, amigos y a Sabina (la verde de la foto es la mía), la del Día de la Madre, la de agradecimiento a la madre de Sabina por unas ropas que me regaló, 11 postales que envíe para cada miembro de la familia, y las que me quedan todavía.... a ver si llego a las 55.

Las tarjetas se pueden encontrar en cualquier sitio, el supermercado, la farmacia, en correos, pero hay tiendas especializadas sólo en Greeting Cards con ofertas de tarjetas en tamaño A3 por sólo una libra, todas súper originales. Incluso hace poco compré en Primark una caja con 10 tarjetas de cumpleaños  por libra y media (unos dos euros).

Así que nada, si el trabajo de aupair no me va bien, siempre puedo montar una tienda de tarjetas y acabar siendo más rica que la autora de Harry Potter.




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