miércoles, 10 de diciembre de 2014

Fortnum & Masons afternoon tea

Hoy tuve mi cena de empresa en Londres. No es mi primera cena de empresa pero desde luego si que es la más sofisticada: pequeño resumen del año en una sala del Green Park House en Mayfair, con té, café y caramelos incluidos; "té de almuerzo" en Fortnum & Mason y para finalizar patinaje de hielo con una compañera del trabajo en la pista del Museo de Historia Natural. Nada mal ¿verdad?

Fortnum & Mason quizá no os suena mucho a los que no estén muy versados en Londres, pero es una tienda reconocida internacionalmente que ha sido proveedor de la familia real durante casi 160 años, de ahí que se diga "aquí es donde compra el té la Reina".


Aunque empezó vendiendo principalmente comida, hay varias plantas que ofrecen otros temas, haciéndole competencia a Harrods. En la última planta se encuentra el Diamond Jubilee Tea Salon (apuesto que cambiaron el nombre tras el Jubileo de la Reina que celebraba 50 años al poder), un salón del té.

Personalmente me encantó la decoración y los colores de Fortnum, con ese azul turquesa y aguamarina por todas partes. Si pincháis en la imagen os dirigirá a la página web con indicaciones para reservar y tal, aunque os advierto que los precios son algo escandalosos...

http://www.fortnumandmason.com/c-54-diamond-jubilee-tea-salon-afternoon-tea-london.aspx


Para nuestro almuerzo nos dieron a escoger entre High Tea, Afternoon Tea, y Savoury Tea, todos entre 40 y 45 libras por persona.

Sigo sin saber muy bien la diferencia entre los dos primeros porque ambos ofrecen unos pequeños canapés para empezar, y más adelante un soporte de cerámica china con varias plantas: scones con mermelada y crema; sándwiches, y pequeños pastelitos y hojaldres, acompañado de un té a escoger (y hay muchos).

En cuanto al Savoury Tea, son platos más salados en lugar de dulce, con scones de queso y pastel de pistacho, por ejemplo.


Como veis mis canapés/sándwiches más pequeños no podían ser, y con el hambre que llevaba casi ni los saboreé, aunque creo recordar que todos eran diferentes: sándwich de pepino, de salmón, de pollo "coronado" (coronation chicken), de huevo con mayonesa, etc.

Más tarde deseé no haberlos ni comido porque llegaron los pastelitos; incluso teníamos opción de coger un trozo de tarta de chocolate o frutos rojos que habían expuestos en otro mostrador. Yo quise comérmelo todo y después de las scones (esos panecitos, unos con pasas, otros sin, que se muestran en la segunda fila) hasta el éclerc de fresa me sobraba.  ¡Qué no hubiera deseado yo tener dos estómagos en ese momento!

.

En conclusión, si bien un poco posh y por tanto algo caro, el sitio me encantó. Desde la decoración (una vez más), hasta la música de piano que sonaba de fondo (que creo que era en directo), pasando por cada uno de los mini pasteles que nos ofrecieron. Incluso nos permitieron llevarnos los botes de mermelada.




Y con eso de tanta comida, menos mal que la bajé un poco después patinando sobre hielo. No importa que me costara casi 15 libras (la localización se paga), que nos exigieran otras 2 por dejar el bolso y sin aceptar tarjeta; que no fuera con ropa preparada (vestido y medias finas que no se como salieron vivos), porque la experiencia y las vistas merecen la pena:

No hay comentarios: