jueves, 30 de octubre de 2014

Remembrance Day

En esta entrada vengo a hablar de amapolas. Si vives por Londres, te habrás dado cuenta de que no pasa cinco segundos sin que veas a un ejecutivo de la City con una amapola de plástico en la solapa del abrigo, o de que en cada mostrador de cada tienda hay una caja con varias de estas amapolas esperando que cojas una. Claro, a cambio de una donación.

Justo hace dos segundos acaba de llegar una señora mayor a casa con las dichosas amapolas, por ello me ha salido escribir sobre su significado, aunque sea un par de semanas antes...


Todo comienza con el 11 de Noviembre de 1918 cuando se firmó el armisticio que podría fin a la Primera Guerra Mundial. Desde entonces se conmemora cada 11 de Noviembre el Remembrance Day o Día de la Remembranza en aquellos países de la Commonwealth para recordar a todos los caídos en la guerra.

La amapola llegó a ser el símbolo de este día tras el poema "In Flanders Fields" que un tal capitán McRae escribió dos días antes de morir, inspirado por las amapolas que crecían en los campos de batalla de Flandes y cuyo color rojo intenso recordaba a la sangre derramada:

En los campos de Flandes /
las amapolas bordean con el soplo del viento /
entre las cruces en fila tras fila / que marcan nuestro lugar.
En el cielo, vuelan las alondras, /
cantando aún con valentía / apenas se escuchaban entre disparos...


En Inglaterra, coger una de éstas amapolas de plástico que se venden significa donar tu dinero al programa "The Poppy Appeal" que lleva a cabo la organización benéfica de "The Royal British Legion", y contribuir con su lema
 Por la memoria de los caídos, y el futuro de los vivos.
ayudando a las viudas y huérfanos, heridos de guerra, o viejos veteranos que buscan un trabajo o necesitan de atención especializada.




Hay gente que critica que llevar amapolas o no llevarlas se ha convertido en objeto de obsesión y ha llegado a ser más un entretenimiento que una manera de honrar a los muertos. Sinceramente, no lo sé. Este año, por ser el 100th aniversario del comienzo de la Primera Guerra Mundial, se están además realizando diversos proyectos como el de la Torre de Londres.

El artista de la cerámica Paul Cummins es el creador de "La sangre que cubre la tierra y el mar de rojo", que incluye la instalación de 888.246 amapolas de cerámica (una por cada caído en la I.G.M) alrededor de la Torre de Londres.

En la página web se alienta a ayudar a comprar tu propia amapola hecha a mano por el módico precio de 25 libras para que la coloquen. Hasta la Reina y duques de Cambridge han hecho su contribución...


El domingo pasado fui a visitar la Torre con mi hermana y se me olvidó que estaba el asunto de las Poppies. No he visto nada igual... Las fotos son impresionantes. La cantidad de gente también.



La cantidad de gente que tuve que avasallar para poder ponerme en primera fila y poder hacer esas fotos fue increíble. Entre que era half term y los niños no tenían colegio, hacía sol y la torre estaba llena de poppies, parecía que los ocho millones de londinenses estaban ahí congregados...



Hicimos cola para comprar el ticket de alrededor de 40 minutos. Supuestamente había que hacer cola de otra hora para entrar a la propia Torre (por eso de que registraban mochilas y tal iban muy lentos), pero mi hermana y yo nos colamos. Hombre ya con tanta cola...


Había amapolas por todos lados. Desde dentro de la Torre parecía que los visitantes, sobre todo niños, pasaban de las armaduras y los cuervos y se iban directamente a las ventanas para poder ver un cachito de rojo...


A pesar de todo pudimos hacer buenas fotos, la mayoría de ellas que no se repetirán puesto que creo que es un proyecto único. Ya saldrán con otra cosa otro año...


Tardamos tanto en esperar colas y verlo todo que prácticamente se nos hizo de noche y nos tuvieron que echar casi a patadas. Yo estaba temiendo que los beefeaters nos echaran los cuervos encima, hehe.


Un beso y nos vemos. Recordar que podéis ver todas las amapolas en la Torre de Londres hasta el 11 de Noviembre, que serán cuando comienzan a quitarlas, una por una... madre mía que trabajo.

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