martes, 25 de junio de 2013

El mundo de la Aupair (IV): Trapos sucios

Aquí vengo con algunas de las meteduras de pata que he cometido durante mi trayecto como au pair (que viene siendo unos cuatro meses nada más). Si alguna futura au pair está leyendo esto en este momento, que esté tranquila, peor que yo no lo puede hacer...

1. Con los niños.

En realidad no muchas con ellos porque la mayor parte de las veces son un encanto, se ponen a ver la tele y ni los siento. Pero como la niña empiece a chinchar al niño...

- En una de esas veces en las que estaba ella chinchándolo, el niño, que andaba juntando la mantequilla con pan, tenía el cuchillo en la mano e hizo ademán de levantarlo. Me enfadé con él por apuntarla con el cuchillo y le dije que se disculpara, pero él, un poco orgulloso eso sí, dijo que primero tenía ella que disculparse y como no lo hizo al final se enfadó con las dos y se encerró en su habitación...

- En otra ocasión la ropa de deporte del niño no se secó a tiempo para su clase de gimnasia y tuvo que ponerse la del año anterior, que le quedaba un poco estrecha... pobrecito, así iba, que casi no podía mover los brazos. Otro día ocurrió que sólo el pantalón que seguía mojado y lo puse en la calefacción delantera del coche de modo que para cuando llegamos a su colegio ya estaba seco, hehe si es que tengo una inventiva.

- Jugando al fútbol con el niño, lo empujé sin querer haciéndolo atravesar el pequeño muro de ladrillos que separa el césped de las losas. El pobre se esolló todas las manos pero como buen inglés que es tiene que entender que cuando te emocionas jugando fútbol puede pasar de todo... ay.

- La última situación que me ha pasado con el chico (no sé por qué todo me pasa con él) es que fui a verlo a su partido de criquet desde las dos hasta las tres y media, porque la madre me había mandado un correo diciendo a la hora que terminaba para recogerlo; era lunes y normalmente él tiene club de criquet hasta las cinco, pero debido a esto pensé que no tenía. Lo que pasó fue que al final el niño terminó a las 4 y tuve que recoger a su hermana primero, pero él me dijo que hiciera eso y que después volviera, así que volví con su hermana a las 4.05 pero resulta que Sami se refería a que volviera a por él a las 5. Al final se vino con nosotras porque el profesor le dio permiso, pero me sentí mal por haberle quitado una hora de club.


2. Con la lavadora.

Aparte de que tuve que echar mano del diccionario para poder traducir todos los botoncitos de la lavadora y todos los símbolos de las etiqueta en inglés, la washing machine no me da muchos problemas.
Aquí gracias a dios, si pasan cosas "inesperadas" tengo algún margen de arreglo antes de poner la ropa en los dormitorios, aunque a mí el nivel de estrés nadie me lo arregla. ¿Cosas inesperadas? Tales como...

- Meter las zapatillas de fútbol en la lavadora junto con la ropa de fútbol (¡es que estaba todo marrón después de un día especialmente lluvioso y fangoso!). El caso es que puedo jurar que mi madre ha metido alguna vez zapatos en la lavadora.. aunque puede que no con ropa.

- Que salga casi toda la ropa con mititas blancas porque había un par de pañuelos de papel escondidos en los bolsillos, y claro, con tanto centrifugado pues estaban medio deshechos... Ala, pero ya no vuelvo a restregar más la ropa con el estropajo, que para situaciones así me he comprado un rodillo de esos donde se queda pegado hasta la pelusilla más pequeña.

- Olvidarme de registrar los bolsillos (por enésima vez) y haber lavado el pen drive de la niña... por suerte el bolsillo tenía cremallera y estaba cerrado, y el pen drive salió al mundo funcionando todavía.  La tecnología me quiere.



3. Con la plancha.

La plancha sí que me da sufrimientos, nada que ver Dirección Estratégica y Política de Empresa del ultimo cuatrimestre (donde tuvimos que inventarnos una empresa, mandarla al Extranjero, y virtualizarla, todo analizando viabilidad, rentabilidad, contabilidad y decenas de -ilidad...)

Aquí en concreto no es contar de qué-forma-la-he-liado-gorda con la plancha sino cuántas veces la-he-liado-gorda, oséa se: quemaduras de ropa:

- Una sudadera blanca pequeña. Le hice unas marcas en la parte posterior y ahí se quedaron por mucho que la lavé. No quería admitir que había quemado algo así que la sudadera todavía sigue escondida en mi maleta... Si el niño piensa que se la olvidó en clase o que se la ha robado el coco, eso ya no lo sé porque nunca me ha preguntado por ella...

- La camiseta de yoga del padre. Tiene la tela pegada por la zona de los sobacos, aunque creo que no fui yo porque me di cuenta un día antes de lavarla, nunca he pasado la plancha por esa camiseta por que es licra...

- Hablando de licra, si que la pasé por una camiseta de tirantes blanca de la madre, pero en la etiqueta decía que se podía pasar plancha suave y eso hice, el que se quedara la marca (casi no se nota) no es culpa mía...

- La camisa de Massimo Dutti del padre se manchó cuando accioné el vapor... gran error. Me tiré dos días deseando morir, porque la camisa era cara, mirando en internet como quitar las quemaduras:  
  • Con agua oxigenada y secarla al sol.
  • Con vinagre blanco y secarla a sol.
  • Detergente líquido
  • Jugo de limón, y secarla al sol.
  • Esencia de clavo con romero con algodón con la madre que parió al que dio el consejo.
El problema es que ese momento no tenía ni agua oxigenada, ni vinagre, ni detergente líquido, ni limón, ni mucho menos sol, así que usé suavizante para dejar la camisa todo la noche "en remojo" y al dia siguiente la lavé como tres veces usando detergente en blanco para prendas blancas. El caso es que ¡se quitó! No queda ni un rastro de mancha... sólo un tacto algo raro en la camisa, pero eso ya es problema menor...


4. Con la cocina.

Teniendo en cuenta lo mal que lo he pasado con la plancha, las meteduras de pata en la cocina son menos relevantes. Al menos no cuesta tanto reponer las cosas... juzguen ustedes:

- Romper uno o dos vasos.

- Romper un bol de plástico al fregarlo (juro y perjuro que estaba medio roto cuando lo cogí, era grueso y no veo manera de que se rompiera casi en dos solo lavándolo).

- Quemar la paleta de cocina con la hornilla (¡se me resbaló!). Si es que donde esté un vitrocerámica... Ésta fue una de las primeras meteduras de pata que hice así que fui hasta el supermercado más cercano y compré una nueva para arreglarlo. Que bien quedé ¿eh?

- Descascarillar platos y /o tazas al llenar y/o vaciar el lavavajillas. Siempre voy con mucho cuidado pero es que estos platos parecen de porcelana fina..


5. Con el coche.

Bueno, ahí va. Mi secreto mejor guardado. El accidente de coche que tuve hará cosa de un mes. Mmm ¿no es un secreto? ¿Y el hecho de confesar que creo que tuve yo la culpa? Porque aunque haya sido el otro vehículo el que me golpeó por detrás, puede que fuera porque me vio con intención de entrar a la rotonda (de hecho iba a hacerlo, avancé un poquito y luego frené) y pegó tal pistoletazo de salida que me dio por detrás.

Pero definitivamente sí fue mi culpa no tener la cabeza suficiente para pararme a pedirle los papeles, pero al ser mi primer accidente en coche, ir con los niños (volvíamos del colegio) y verme en mitad de la rotonda con otro coche que se me acercaba (¡Dios, no, otro que me atropella....... pensé) al final le tiré para delante en dirección casa y el otro coche se perdió de vista.

No sé cuantas libras le costará a la familia reparar el coche pero a mí quebraderos de cabeza, unos cuantos:
  • El shock
  • Pensar qué le pudo pasar a los niños,
  • Pensar cómo quedó el coche,
  • El shock
  • Rellenar los papeles del accidente,
  • Ir a dos comisarías diferentes
  • El shock otra vez...


De otras "pifiadas" con el coche ya he hablado un poco en mi entrada Conducir en Londres (pincha para dirigirte ahí) tales como:
- Rallar el coche al salir del aparcamiento.
- Meter el espejo izquierdo para adentro.
- Poner blanco el tapacubos.
- Rallar el coche otra vez al aparcar...

En fin, que el que las anteriores aupairs en mi familia hayan puesto diesel en vez de gasolina, arrancado el espejo de cuajo, o coger el camino equivocado y perderse en la autovía por horas,... no es ningún consuelo para mí.

Porque es que aparte:

  • Una vez me quedé atrapada en una caravana de coches por más de 40 minutos y al final tuvo que recoger la madre a la niña porque no se me ocurrió dar la vuelta e ir por el camino largo.
  • Equivocarme de camino cuando el niño está apurado por ir al club de criquet. Vale, eso también fue culpa del niño porque no me dijo en que club era, como tiene pocos...
  • Perderme unas tres mil veces yendo a recoger al niño al pueblo vecino, pero es que me paré donde pude para preguntar (porque mi GPS no reconocía el campo de criquet del niño) y donde pude pararme me perdió incluso más. Me metí en propiedad privada y tuve que dar la vuelta, yo estresada porque supuestamente llegaba 15 min tarde a recoger al chaval y al final resultó que el partido se retrasó casi una hora... (al menos iba preparada con un libro porque lo del retraso ya me pasó un par de veces...)


6.  En general.

- No cerrar bien las puertas con llave al salir, por ejemplo. Pero en mi defensa diré que cambiaron hace poco la cerradura, y las que no tienen para llave como las del jardín, hace falta un Doctorado en Cerrajería para poder entenderlas...

- Dormir más que un koala (22 horas al día)... me quedé dormida por la mañana porque no me soltó el segundo despertador y tuvo que venir la madre a pegarme en la puerta: "Miriam, ¿estás bien? Tienes que llevar a los niños al cole..." Y yo: "Sí, bien, sólo que no he dormido muy bien esta noche..." Por suerte me arreglé en 0,000000001 así que todo bien, salvo por la vergüenza que pasé.




Pues nada, ¿cuántas son? ¿Veinte, treinta meteduras de pata en menos de cuatro meses? Si sigo acumulando estos éxitos, para la vuelta de las vacaciones habré echado la casa abajo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Querida bloguera, aquí estoy con nuevos comentarios. Y aquí va una pregunta: ¿Has conocido alguna familia en la que los hermanos no se peleen de vez en cuando? En mi opinión es algo imposible, y es que, los hermanos son hermanos y la misión de cualquier hermano es hacer chinchar al otro para hacer la vida algo más interesante :)
La vida de la aupair parece algo fascinante, jugar con los niños a la pelota, a las cenicientas jajaja ¿Los juegos de los niños ingleses son iguales a los de los españoles? Es cierto que cada vez menos niños juegan en la calle, por lo menos aquí en España, y muchos menos realizan actividades extraescolares, en tu próximo artículo me gustaría que hablaras de los típicos juegos y deportes ingleses :)
¿Tecnologías? querida bloguerilla, si no me equivoco, no son lo tuyo, un pen drive en la lavadora, una sudadera quemada, ralladuras y golpes en el coche, etc.
e
Espero que la semana que viene nos sorprendas con nuevos artículos igual de geniales, sigue así, y no destroces la casa de tu familia demasiado;)
One kiss